A través de un proyecto de la Universidad de O’Higgins, se creará una hoja de ruta con acciones para mejorar la producción apícola de la región de O’Higgins, la cual contempla la salud de las
colmenas, los servicios de polinización, los diferentes productos que ofrece la colmena y la creación de una comunidad apícola.
Hoy se sabe que la abeja es el ser vivo más importante para la humanidad, ya que poliniza más del 80% de las plantas que dan frutas, vegetales y semillas, siendo fundamental para el 70% de los alimentos que se consumen en el mundo y que, además, la miel es el único alimento que incluye todas las sustancias necesarias para mantener la vida humana.
Estas fueron sólo algunas de las razones que llevaron a Andrea Müller; médico veterinario, doctora en farmacología y académica del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y
Ambientales de la Universidad de O’Higgins; a presentar un proyecto que buscara generar capital social para fortalecer el rubro apícola regional.
Pero ¿Qué es el capital social? Son las relaciones sociales que se apoyan en la confianza, la cooperación y en la reciprocidad entre las diferentes personas. Es un concepto que hace hincapié sobre la generación de redes y la participación entre las diferentes personas y/o instituciones. Su contribución es que integra estos
factores aparentemente diversos en el marco de una acción colectiva, siempre a favor de potenciar las actividades y proyectos que se realicen en conjunto.
“En otras palabras- señala la investigadora-, son las redes que se forman entre los diferentes apicultores con otras entidades, como asociaciones, cooperativas, universidades, centros
tecnológicos, empresarios, entre otros. Por eso realizaremos actividades que permitan generar confianza y entender la asociatividad como una fortaleza para enfrentar de manera unida los
problemas actuales y emergentes del rubro apícola”, comenta la Dra. Müller.
Para lograrlo, el proyecto contempla diferentes seminarios y talleres que se realizarán en modalidad online, para determinar los principales problemas que tienen los apicultores, lo que
finalmente permitirá construir una “Hoja de Ruta” que resumirá los desafíos que requieran de soluciones a corto, mediano y largo plazo.
“Así centraremos las energías en lo que es más urgente, definiendo los pasos a seguir, en conjunto con todos los involucrados, para promover la asociatividad de los apicultores, mejorar la salud de la colmena, los servicios de polinización y por ende la productividad apícola regional”, detalla la
académica.
Además, se identificarán brechas productivas, de conocimiento, innovación y tecnológicas en la producción apícola por parte de las y los productores enfocadas en la salud y epidemiología de las colmenas junto con una cartera de proyectos de I+D+i a partir de las necesidades productivas, de procesamiento y comercialización de los productos y servicios generados desde la colmena.
Se espera que esta iniciativa logre mejorar la integración, articulación y confianza entre los diferentes actores del rubro apícola, además de focalizar la investigación aplicada futura, mejorar la transferencia tecnológica, y actualizar cifras y registros del número de apicultores, su organización y los manejos que realizan, entre otros.