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En el Día Internacional de las Abejas las redes sociales se plagaron de anuncios sobre la pérdida de las abejas y el Armagedón de la producción mundial de alimentos. Es la prueba de cómo nos influyen las fuentes de noticias no verificables. Porque uno mismo se puede preguntar: ¿Cómo es posible que el mundo produzca cada día más alimentos si las abejas están muriendo? Bueno, como siempre, una pregunta simple no tiene necesariamente una respuesta simple. 

Por un lado, si miramos las estadísticas sobre las abejas en fuentes como la FAO, podemos ver que ¡hay más abejas melíferas manejadas que nunca! Sin embargo, esto no significa que las abejas no mueran si se utilizan para polinizar monocultivos a gran escala. He leído varias publicaciones sobre el número de colmenas “perdidas” en la producción de almendras en California. Sin embargo, es importante considerar que sin la producción de almendras, estas colmenas ni siquiera existirían. 

Siempre me gusta poner el ejemplo de las vacas. Actualmente hay más ganado en el mundo que antes, sin embargo, mueren más vacas que nunca, ¡ya que nos las comemos! Lo mismo ocurre con las abejas. La humanidad ha conseguido multiplicar por mucho el número de abejas manejadas para poder polinizar miles de hectáreas de producción de alimentos. En otras palabras, esas abejas no existirían si no fuera por los sistemas de producción intensivos diseñados por el ser humano. [lenguaje inclusivo]

Entonces, ¿no hay un problema? Sí, lo hay. Con la pérdida de biodiversidad debida a los sistemas de cultivo intensivos estamos perdiendo abejas, pero no necesariamente las que conocemos. En Chile hay más de 450 especies de abejas nativas y en países como Colombia y Brasil hay muchas más. Además de desempeñar un papel en la polinización de los ecosistemas nativos en los que viven, también contribuyen a la polinización de los cultivos.  Por lo tanto, para proveer alimentos al mundo necesitamos repensar nuestros sistemas de producción y crear una mejor comprensión sobre cómo la naturaleza puede ayudarnos a aumentar la productividad de manera sostenible.

Para hacerlo, comenzaremos cerca de casa. Junto con apicultores y la UOH reflexionaremos sobre lo que hay que hacer en la apicultura en la región de O’Higgins para hacer frente a los desafíos de este siglo y cómo podemos trabajar juntos para proporcionar los servicios de polinización y de producción de miel y otros productos de la colmena frente a desafíos como el cambio climático, entre otros.